miércoles, 19 de octubre de 2011

Enseñar Lengua en el primer ciclo de la escuela primaria

   Con la llegada de los alumnos, el primer día de clases, se abre para el docente un abanico de historias y vivencias con las que tendrá que convivir e interactuar por todo un año.  Esos niños no son “cajitas vacías” que hay que llenar sino que tienen ya en su haber innumerables experiencias. Conocen un lenguaje al que utilizan con diferentes propósitos  y que el docente debe valorar como punto de partida para aprender nuevas formas de comunicación, de ver y de percibir el mundo.
   Apoyándose en esos conocimientos es que el docente va a convertirse en un mediador con la realidad y va a acompañar a los niños en la tarea de alfabetizarse.
   Mucho se ha hablado de métodos y estrategias  y lamentablemente  poco conocemos los docentes en este sentido ya que no se nos prepara lo suficiente en los Institutos de Formación Docente y así tomamos el desafío de enseñar a nuestros niños y vamos buscando aquí y allá  ideas propias y ajenas, siguiendo con la mejor buena voluntad diferentes métodos, ideas o tendencias del mercado que no son las más actuales ni las mejores.
   Es nuestra responsabilidad como alfabetizadores tomar con muchísima seriedad el tema y buscar alternativas para encontrar un método equilibrado que les permita crecer y lograr que aprendan a escribir como una necesidad de expresarse. No se puede enseñar a leer y escribir de cualquier modo. Que los cuadernos de los niños sean los testigos, el reflejo de decisiones basadas en un método de enseñanza responsable, con una propuesta alfabetizadora coherente y fundamentada científicamente.
  Si la forma en que un niño se inicia en la lengua escrita en el contexto del aula, es un proceso mucho más complejo que el aprendizaje de las letras debe disponer de diferentes experiencias que lo lleven a descubrir cómo funciona el sistema alfabético. Es por eso que directivos y docentes  deben sentarse a planificar y decidir qué alumnos se quiere formar, definir acciones para que el método no sea un obstáculo para la inclusión del niño en el mundo alfabetizado sino que sea un puente para que logre llegar a él.
   Uno de los problemas centrales de la práctica pedagógica es la de brindar una enseñanza que garantice el aprendizaje  de la lectura y la escritura en la primera etapa, la alfabetización inicial que constituye la base del aprendizaje de otras etapas de alfabetización
    Necesitamos entonces, a  la luz de la realidad y los resultados cada vez más deficientes, una urgente revisión del método uniendo esfuerzos con la familia, valorando sus aportes y estudiando mucho.
   Planificar acciones, estrategias y criterios de evaluación, elegir un método equilibrado, articular horizontal y verticalmente, aliarse con la familia, estudiar y conocer más de lo que es esta gran tarea hará que todos los niños puedan acceder a alfabetizarse y no haya tanta repitencia, deserción y exclusión en nuestras escuelas.
  Gran desafío, difícil… pero no imposible

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